Historia de la “Federación Mundial de Sordos” (WDF)

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Bienvenidosa un viaje a través del tiempo, donde exploraremos la fascinante historia de la Federación Mundial de Sordos (WFD). Esta organización, una de las más antiguas del mundo dedicadas a las personas con discapacidades, se fundó en Roma, Italia, el 23 de septiembre de 1951, con una misión clara: abordar las barreras que las personas sordas enfrentan en todo el mundo.

En sus inicios, el primer Congreso Mundial de la WFD contó con la participación de delegados de solo 25 asociaciones nacionales de personas sordas. Desde entonces, ha evolucionado y crecido de manera significativa. En la actualidad, sus Miembros Ordinarios representan a 125 países en cinco continentes, destacando la expansión global de su impacto y presencia.

En sus inicios, el primer Congreso Mundial de la WFD contó con la participación de delegados de solo 25 asociaciones nacionales de personas sordas. Desde entonces, ha evolucionado y crecido de manera significativa. En la actualidad, sus Miembros Ordinarios representan a 125 países en cinco continentes, destacando la expansión global de su impacto y presencia.

La WFD ha desempeñado un papel crucial en la colaboración con las Naciones Unidas y sus agencias desde finales de la década de 1950. Una de sus contribuciones más destacadas fue su papel fundamental en la defensa y desarrollo de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD). Esta convención, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006 y en vigor desde 2008, marcó un hito significativo en la protección de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad en todo el mundo.

La WFD no solo participó activamente en la creación de la CDPD, sino que también sigue comprometida con su implementación, monitoreo y la promoción constante de su ratificación por parte de los Estados Miembros. Esta labor continua refleja el compromiso duradero de la Federación con la defensa de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para las personas sordas.

El legado de la WFD va más allá de las salas de conferencias y las resoluciones internacionales. Su influencia se siente directamente en las vidas de las personas sordas, especialmente en la promoción del acceso a la educación, la atención médica y la justicia. La organización reconoce que el camino hacia la plena inclusión comienza desde la infancia, abogando por el acceso a una educación de calidad en lengua de señas para los niños sordos.

En el ámbito de la atención médica, la WFD destaca las dificultades que enfrentan las personas sordas al buscar servicios de salud, desde la obtención de información en formatos accesibles hasta la privacidad durante las consultas. Las experiencias documentadas en varios países subrayan la importancia de garantizar que la atención médica sea accesible y respetuosa con la diversidad lingüística y cultural de las personas sordas.

Además, la WFD aborda las barreras en el sistema penitenciario, defendiendo adaptaciones razonables para satisfacer las necesidades de los delincuentes sordos. Desde facilitar la comunicación con sus familias hasta garantizar la comprensión y el respeto por sus derechos, la Federación aboga por la inclusión y el apoyo necesarios para una reintegración exitosa en la sociedad.

En tiempos de crisis humanitarias, la WFD destaca las luchas adicionales que enfrentan las personas sordas. La falta de acceso a información y servicios en lengua de señas agrava su situación en campos de desplazados y refugios, resaltando la necesidad de una atención humanitaria inclusiva.

La WFD se enorgullece de su compromiso con la diversidad lingüística y la accesibilidad. En reconocimiento al Día Internacional de las Lenguas de Señas, la Federación ha adoptado iniciativas para hacer que su trabajo sea más accesible mediante la traducción de sus publicaciones a lengua de señas y su disponibilidad a través de videos.

En resumen, la historia de la Federación Mundial de Sordos es una narrativa de perseverancia, defensa y dedicación. Su impacto trasciende fronteras, recordándonos que el camino hacia la plena inclusión comienza con la garantía de que todos tengan la oportunidad de ser escuchados, sin importar la lengua que hablen. La WFD continúa siendo una fuerza motriz en la lucha por los derechos humanos de las personas sordas, iluminando el camino hacia un futuro más inclusivo para todos.

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